viernes, 30 de mayo de 2014

Antonio Machado ( 1 )

ANTONIO MACHADO


·         PEGASOS, LINDOS PEGASOS

Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera.

Yo conocí, siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.

En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.

¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!



·         CALIDOSCOPIO INFANTIL

Calidoscopio infantil.
Una damita, al piano.
Do, re, mi.
Otra se pinta al espejo
los labios de colorín.


·         RECUERDOS DE FIEBRE Y SUEÑO

¡Qué fácil es volar, qué fácil es!
Todo consiste en no dejar que el suelo
se acerque a nuestros pies.
Valiente hazaña, ¡el vuelo!, ¡el vuelo!, ¡el vuelo!

¡Volar sin alas donde todo es cielo!
Anota este jocundo
pensamiento: Parar, parar el mundo
entre las puntas de los pies,
y luego darle cuerda del revés,
para verlo girar en el vacío,
coloradito y frío,
y callado –no hay música sin viento-.
¡Claro, claro! ¿Poeta y cornetín
son de tan corto aliento!...
Sólo el silencio y Dios cantan sin fin.



·         ABRIL FLORECÍA

Abril florecía
frente a mi ventana.

Entre los jazmines
y las rosas blancas
de un balcón florido,
vi las dos hermanas.
La menor cosía,
la mayor hilaba…

Entre los jazmines
y las rosas blancas,
la más pequeñita,
risueña y rosada
-su aguja en el aire-,
miró a mi ventana.

La mayor seguía
silenciosa y pálida,
el huso en su rueca
que el lino enroscaba.
Abril florecía
frente a mi ventana.

Una clara tarde
la mayor lloraba,
entre los jazmines
y las rosas blancas,
y ante el blanco lino
que en su rueca hilaba.

-¿Qué tienes- le dije-
silenciosa pálida?
Señaló el vestido
que empezó la hermana.
En la negra túnica
la aguja brillaba;
sobre el velo blanco
el dedal de plata.

Señaló a la tarde
de abril que soñaba,
mientras que se oía
tañer de campanas.
Y en la clara tarde
me enseñó sus
lágrimas…

Abril florecía
frente a mi ventana.


Fue otro abril alegre
y otra tarde plácida.
El balcón florido
solitario estaba…

Ni la pequeñita
risueña y rosada,
ni la hermana triste,
silenciosa y pálida,
ni la negra túnica,
ni la toca blanca…

Tan sólo en el huso
el lino giraba
por mano invisible,
y en la oscura sala
la luna del limpio
espejo brillaba…
Entre los jazmines
y las rosas blancas
del balcón florido,
me miré en la clara
luna del espejo
que lejos soñaba…
Abril florecía
Frente a mi ventana.


·         CUANDO YO ERA NIÑO

¡Ah, cuando yo era niño
Soñaba con los héroes de la Ilíada!
Ayax era más fuerte que Diomedes,
Héctor, más fuerte que Ayax,
Y Aquiles el más fuerte: porque era
El más fuerte… ¡Inocencias de la infancia!
¡Ah, cuando yo era niño
Soñaba con los héroes de la Ilíada!


·         ANOCHE CUANDO DORMÍA

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que en una fontana fluía
dentro de mi corazón.

Di, ¿por qué acequia escondida,
agua, vienes hasta mí,
manantial de nueva vida
de donde nunca bebí?

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una colmena tenía
dentro de mi corazón;
y las doradas abejas
iban fabricando en él,
con las amarguras viejas,
blanca cera y dulce miel.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que un ardiente sol lucía
dentro de mi corazón.


Era ardiente porque daba
calores de rojo hogar,
y era sol porque alumbraba
y porque hacía llorar.

Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que era Dios lo que tenía
dentro de mi corazón.


·         ENTRE EL VIVIR Y EL SOÑAR

Entre el vivir y el soñar
hay una tercera cosa.
Adivínala.

Tras el vivir y el soñar,
está lo que más importa:
despertar.

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